Al comprar equipamiento tecnológico (informática, ofimática), aplicamos una amortización de cinco años. En contraste, el arrendamiento permite acortar el ciclo de vida y mantener por lo tanto la tecnología de su empresa a la vanguardia, al renovarla más frecuentemente, y con ello ser más competitivo en un mercado en permanente cambio. Esto supone una gran flexibilidad, no sólo en términos tecnológicos, sino también en sus finanzas.
Además, el arrendamiento te evita tener inmovilizado un capital que puede ser vital, especialmente en aquellas empresas en las que un alto grado de liquidez es importante.
Comprando te verás forzado a usar el equipo hasta el final de su depreciación, mientras que con el arrendamiento no estarás atado a largos periodos.
El arrendamiento supone mejorar la tesorería. Una buena tesorería te capacita para negociar mejores descuentos con tus proveedores habituales, al poder ofrecerles pago inmediato.